lunes, 17 de marzo de 2014

Reseña: La bibliotecaria de Auschwitz.

Le tengo un tanto de amor-odio a las novelas sobre el holocausto. Desde que leí los testimonios de judíos que habían sobrevivo a los campos como Jean Ámery, Viktor Frankl o Primo Levi, la ficción me ha resultaba forzada y con tendencia a explotar el dramatismo perdiendo el punto de serenidad de las historias reales. No pude pasar de las primeras páginas de “Vida y Destino”, de Vassili Grossman y aunque leí -a medias por presión social a medias porque es muy corto y para cuando me quise dar cuenta ya lo había acabado- “El niño del pijama a rayas” de John Boyne, aún no he perdonado al autor por hacer un retrato tan simplista de una situación con tanta complejidad. Pero pese a mi reticencia, sigo recordando con cariño la lectura de "La ladrona de libros" de Markus Zusak y cuando leí la sinopsis de la novela que hoy reseño, me pareció encontrar entre ellas ciertas similitudes interesantes. Anoche terminé de leer la novela de Antonio G. Iturbe y me quedo con la sensación de que es un cielo con nubes y claros...
Comencemos explicando de qué va el asunto: "La bibliotecaria de Auschwitz" está basada en la vida real de Dita Kraus, rebautizada en la ficción como Dita Adlerova. Con apenas 13 años, Dita es una prisionera judía en el campo familiar de Auschwitz. Ese campo es una excepción ya que a las familiar judías se las permite permanecer juntas. Allí a los prisioneros no se les rapa el pelo y a pesar de las condiciones horribles del lugar (frío, hambre, trabajos forzados,...) los niños y ancianos no son desechados. De hecho se reserva un barracón para los niños, donde tienen una suerte de instrucción escolar. Allí nuestra protagonista ejerce como disciplinada bibliotecaria de una exigua biblioteca de 8 volúmenes.
La historia de este espacio 'diferente' en un campo archiconocido como el de Auschwitz es una de las ventajas de la novela. La premisa es interesante y los personajes también. Quizás los problemas vienen cuando el autor intenta subir la intensidad de los párrafos con frases de esas que quedan bien en los sobrecitos de azúcar. Una última metafora bien zurcida, una frase lapidaria sobre la vida y la muerte, un aforismo que podría estar recién salido de un libro de Jorge Bucay... A mí esa última indicación de que el momento que se narra es muy intenso, me sobra.
Los personajes tienen una profundidad que a veces asombra y otras se echa en falta. Si tuviera que elegir a uno de entre todos me quedaría con el profesor Morgenstern. Es un personaje secundario sin una trascendencia especial en la trama que sin embargo hace palidecer a personajes principales que deberían estar menos acartonados. De hecho el autor introduce personajes 'conocidos' como el doctor Mengele que, medio desdibujados, pierden solidez y su presencia resulta casi accesoria (como el guiño a la presencia de Ana Frank, absolutamente prescindible). Otros como el bueno de Fredy Hirsch, también basado en un hombre de carne, gana más cuando la historia habla de él que cuando él mismo aparece en escena ¡Qué cosa más rara!
La historia es repetitiva y bastante lenta los primeros capítulos pero coge un ritmo vertiginoso en los últimos. Si estuviera más compensado sería más agradable de leer ya que yo estuve tentada de dejarla varias veces al principio pero leí el final como si nada. Una lástima.
Obviamente no es una novela de risas, las escenas dramáticas se sucenden a cada pocos capítulos, pero pese a lo lacrimógenos de algunos de los escenarios, creo que son demasiado tópicos como para caer en ellos. De hecho, personalmente  me emocioné más leyendo el epílogo dónde el autor cuenta su entrevista con la verdadera Dita que con gran parte de la novela. Quizás incluso hubiera agradecido más leer una entrevista extensa con ella, o quizás un recopilatorio de sus experiencias no novelado.

En definitiva, es una novela entretenida que probablemente agrade a quien le gusten las historias que retratan aquella época. Probablemente también guste a quien busque esa conocida oda a los libros (porque al final termina siendo eso) que pueden transportarte a cualquier lugar del mundo aunque mientras lees tengas los pies enterrados en el fango helado de un campo de extermino. Está bien escrito, la historia está bien, pero pese a ello pasa sin pena ni gloria por mi estantería virtual. Uno más sobre el holocausto, sin novedad en el frente.

2 comentarios:

  1. Últimamente me siento muy atraída por historias con un toque distinto y, como dices, esta tiene pinta de ser un poco tópica. Parece que aprovecha una situación dramática como es el holocausto, y añade una cucharada de temática "libril", para ganarse a los lectores. Entre eso y que la veo por todas partes (más antes que ahora) no es una novela que me llame la atención.
    Besos!

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    1. No la podría haber definido mejor, Caminante. Una novela tópica con un guiño a los libros, poco más. Sin sorpresas. ¡Besos!

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